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Roadtrip around New Zealand
Buenas a todos de nuevo,
Soy Gonzalo Pasquier, fotógrafo y amante de la aventura y la naturaleza. Tengo la suerte de trabajar en Blue Banana y poder explicar mis viajes y los de otros aventureros como yo para que os sirvan a la hora de planear los vuestros.
Esta vez os traigo un viajazo a uno de los países más especiales que he visitado nunca, Nueva Zelanda.
Nueva Zelanda es un país situado en el suroeste del océano Pacífico, cerquita de Australia y de todos esos paraísos tropicales que vemos por Instagram todos los días, como Tahití, donde se celebra un evento mundial de la WSL (World Surf League para los incultos), o Moorea, una isla perdida donde todos los influencers se hacen fotos con rayas y tiburones en aguas turquesas de ensueño.
En fin, ya hablaré de esos sitios otro día, este post va sobre el mejor viaje en autocaravana que he hecho en mi vida, y fue en la isla sur de Nueva Zelanda.
Los lugares que vimos fueron los siguientes (links a los días):
Día 1: Llegada a Queenstown, cervecita y relax viendo el pueblo
Día 2: Alquilamos la furgo y nos dirigimos a Milford Sound, parando en Wakatipu Lake y en 4752323 sitios más porque todo es super bonito.
Día 3 : Multa mañanera y rumbo Glenorchy, un pueblo donde no planeábamos ir.
Día 4: La excursion más improvisada del viaje y la mejor sin duda alguna; Mount Alfred
Día 5: Recuperamos fuerzas con buenas vistas en Rob Royce Glacier National Park
Día 6: Se nos va la olla subiendo 2200 escalones en Aoraki National Park
Día 7: Descansamos y disfrutamos de Tekapo Lake por la mañana y acabamos viendo focas a 3 horas del lago con un coche en lugar de la autocaravana
Día 8: Volvemos a casa, Australia.
Os dejo el MyMaps para que os ubiquéis mejor:
Como todos los viajes guays, este también fue improvisado. Pero porque no teníamos otra opción. Lo cogimos todo con 1 semana de antelación aproximadamente debido al alquiler de la autocaravana, que funcionó de la manera siguiente:
El tema es que por ahí abajo muchas compañías de alquiler de vehículos ofrecen un servicio llamado ‘’relocation’’, por el cual te dan un número limitado de días para llevar uno de sus vehículos de un sitio a otro por un coste mucho menor a un alquiler normal. Eso sucede porque la mayoría de viajeros hacen el viaje inverso al que hicimos nosotros, es decir, alquilan la autocaravana en Christchurch y acaban el viaje en Queenstown. Eso hace que en Queenstown se acumulen muchos vehículos de alquiler, y como solución, las compañías ofrecen el trayecto inverso por un coste mucho menor. Eso sí, los días son limitados (de 5 a 8 en nuestro caso) y las ofertas salen con muy poca antelación y se acaban muy rápido.
Para que os hagáis una idea, nosotros pagamos 600 dólares por el alquiler de 8 días con kilometraje ilimitado y seguro a todo riesgo, éramos 5, así que unos 70 euros por persona, ¡una ganga para un país como Nueva Zelanda!
La web donde alquilamos la autocaravana fue esta:
https://www.imoova.com/imoova/relocations
Veréis que también ofrecen empezar en la isla del sur y acabar en la norte con el ferry pagado, así que si vas con tiempo yo no me lo pensaría dos veces!
Día 1: Llegada a Queenstown, cervecita y relax viendo el pueblo.
Una vez conseguimos reservar la relocation, reservamos los billetes y pusimos rumbo a Queenstown, el pueblo de los deportes de aventura. Se puede hacer de todo; paracaidismo, rafting, paragliding, bici de montaña, esquí acuático, y deportes de nieve en invierno. ¡Vamos, un paraíso para cualquier adicto a la adrenalina! Pero nosotros no hicimos nada hahah.
Llegamos a Queenstown un día antes del alquiler, ya que los vuelos salían más baratos y así de paso veíamos el pueblo. Para ser la primera parada, no estuvo nada mal, por no decir que fue el pueblo más bonito que todos habíamos visto nunca. Dimos un paseo y nos fuimos de cerves, el día más tranquilo de todos sin duda!
Esa noche dormimos en un hostal barato del centro llamado Base backpackers Queenstown y al día siguiente nos despertamos pronto para ir a hacer el checkin de la autocaravana, hacer la compra y poner rumbo a los fiordos del sur.
Día 2: Alquilamos la furgo y nos dirigimos a Milford Sound, parando en Wakatipu lake y en 4752323 sitios más porque todo es super bonito.
Amanecimos a las 6am, y mientras unos iban a hacer la compra, otros a coger la autocaravana. A las 10 ya estábamos poniendo rumbo a Milford Sound, el único punto de los fiordos accesible en vehículo, y el único también que se puede visitar en 1 día. Hay rutas por los fiordos que parten de Milford Sound y llegas a cascadas y lagos muy salvajes, pero ya tienes que dedicar 3 o 4 días, y no son precisamente baratos, ya que como os he dicho, haceros la idea de que Nueva Zelanda es caro!!
En fin, de camino a Milford Sound paramos en Wakatipu Lake; el agua estaba tan cristalina como fría, pero nos bañamos igualmente, quién sabe si íbamos a volver allí!
El punto exacto donde paramos lo recomiendo muchísimo, porque era una zona del lago que tenía arena y era como una playa, y podías aparcar la furgo justo delante del agua. Se llamaba Kingston Lake Camp:
https://www.google.com.au/maps/place/Kingston+Lake+Camp/@-45.2947167,168.7592613,358m/data=!3m1!1e3!4m5!3m4!1s0xa9d4c1adf6e3f8b3:0x66362aadac782bdb!8m2!3d-45.2944761!4d168.75978?hl=es&authuser=0
Después de un buen chapuzón y una buen plato de pasta con tomate para inaugurar el roadtrip, seguimos nuestro camino hacia los fiordos.
Hicimos mil paradas porque cada sitio que veíamos nos parecía más bonito que el anterior, pero de eso de trata, ¿no? La la foto de arriba es en Egliton Valley.
Llegamos a última hora, y qué bien nos vino, lo teníamos para nosotros solitos, mirad qué pasada:
A parte de lo espectacular de este paisaje, en Milford Sound parten barcos cada hora que te dan un paseo por el fiordo hasta mar abierto. Están bien de precio y con suerte se pueden ver delfines y focas. Pero a la hora que llegamos ya estaba cerrado, por eso no había nadie por allí, así que una cosa por la otra, ¡no se puede tener todo en esta vida!
Esa noche teníamos pensado dormir en un camping que había cerca de allí, pero fuimos sin reserva y estaba completo, de ahí nos mandaron a otro camping que estaba a una media hora, y cuando llegamos nos dijeron que estaba completo también (no se puede llamar porque no hay cobertura) y de ahí nos mandaron a otro a 45 minutos, pero con lo cansados que estábamos, pensamos que lo más sensato era buscar y dormir en el primer campo que viéramos, y eso hicimos.
Día 3 : Multa mañanera y rumbo Glenorchy, un pueblo donde no planeábamos ir.
Al día siguiente a primera hora, nos enteramos de que era ilegal, después de que una patrulla de policía nos despertara a las 6 de la mañana para ponernos una multa por dormir fuera del camping en una zona donde la acampada libre no estaba permitida. Pagamos esos 40$ con gusto y seguimos a nuestro siguiente destino, Glenorchy.
Glenorchy es un pueblucho cercano a Queenstown al que no teníamos pensado ir, pero desde el avión cuando estábamos a punto de aterrizar vimos un monte en medio de la nada, rodeado de ríos que llegaban a un lago enorme y muchas montañas nevadas alrededor.
Decidimos encontrar y subir esa montaña, y así lo hicimos. Buscamos la zona por google maps y encontramos lo que estábamos buscando, Mount Alfred. Y lo metimos en el schedule del segundo día.
El pueblo más cercano era Glenorchy, así que esta vez reservamos camping con unas horas de antelación y fuimos para allá. Lo que no sabíamos era la carretera que había para llegar allí.. QUÉ PASADA!
Hicimos alguna parada por el camino y llegamos a Glenorchy. Esa noche cenamos pronto y a dormir, que al día siguiente tocaba subir el Mount Alfred, que por lo que nos dijeron en el camping no era moco de pavo!
El camping se llamaba Mrs Wolly’s campground ;)
Día 4: La excursion más improvisada del viaje y la mejor sin duda alguna; Mount Alfred:
Nos despertamos a las 6, para variar. Desayunamos fuerte y fuimos al punto donde empezaba el hike, que estaba a 15 minutos del pueblo. Estas son las coordenadas:
-44.782594, 168.353443.
Fue una excursión muy muy agotadora, pero a medida que íbamos ganando altura e íbamos viendo cada vez más paisaje, no paramos hasta llegar hasta arriba. ¡Y no hace falta que os diga que fue brutal! Teníamos los Alpes a un lado, Wakatipu Lake al otro, y entre medias un montón de vías fluviales de color turquesa que parecían pintadas.
Comimos arriba y bajamos con la calma, agotadísimos después de casi 3 horas cuesta arriba y más de 1000 metros de desnivel acumulado. Llegamos al camping y después de una buena siesta para reponer fuerzas, pusimos rumbo al siguiente destino, Rob Royce Glacier National Parc, ¡¡eran pocos días y no había tiempo que perder!!
Esa noche dormimos en el parking del parque nacional, que tiene baños y es legal. El último tramo (de casi 1 hora) no está asfaltado y hay que tomárselo con calma, nosotros llegamos de noche, y mientras uno de nosotros conducía, los demás estábamos arriba viendo las estrellas y cómo los ciervos y conejos se iban escondiendo cuando nos veían.
Día 5: Recuperamos fuerzas con buenas vistas en Rob Royce Glacier National Park
Al día siguiente nos lo tomamos con más calma, era de los primeros días y ya estábamos destrozados... tocaba una excursión más tranquila, de 2h de ida y vuelta para ver el glaciar y una cascada, y como era de esperar, no defraudó! El puente colgante del video era como sacado de una película de Indiana Jones
Día 6: Se nos va la olla subiendo 2200 escalones en Aoraki National Park
Había muchas excursiones que hacer a lo largo de todo el parque nacional, la típica y más concurrida, por ser la que exige menos esfuerzo físico y recompensa con unas vistas espectaculares, es la de Hooker Valley track, de 5 kilómetros y 100 metros de desnivel, pero nosotros no estábamos en el parque nacional más famoso de Nueva Zelanda para darnos un paseo, y escogimos Sealy Tarns Track, un recorrido muy vertical, concretamente de 2200 escalones, que ofrecía las mejores vistas del valle, con el glaciar y el Mount Cook al fondo. Llevábamos más de 2000 metros de desnivel acumulado en 3 días, se nos fue la p*ta olla, pero no pensábamos parar hasta coger el avión de vuelta a casa!
Destrozados pero muy contentos, acabamos la excursión y reservamos un camping muy cerca de Tekapo Lake, el siguiente punto de interés que queríamos visitar.
Llegamos al camping (Tekapo Motels & Holiday Park), nos duchamos y entre cervezas y juegos de cartas cogimos el sueño, y esa noche dormimos como marmotas.
Día 7: Descansamos y disfrutamos de Tekapo Lake por la mañana y acabamos viendo focas a 3 horas del lago con un coche en lugar de la autocaravana
Al día siguiente no teníamos ninguna excursión planeada, simplemente ver el lago Tekapo, y si el tiempo acompañaba darnos un buen baño, tomar el sol y comer al aire libre cerquita del agua. Y eso hicimos, el color del agua parecía de mentira, era un azul que ninguno de nosotros habíamos visto nunca, un azul de glaciar.
Pasamos el último día de autocaravana tranquilitos y a medio día llegamos cerca del aeropueto de Christchurch a hacer el check out.
Pero el viaje no acababa ahí, el vuelo lo teníamos al día siguiente! Estaba todo planeado, fue dejar la furgo y alquilar un coche en la compañía de alquiler de enfrente (todas estaban en el mismo sitio ubicadas cerca del aeropuerto), y pusimos rumbo a Kaikoura, a poco más de dos horas en coche de donde estábamos. Y es que Kaikoura es un pueblo costero famoso por albergar mucha fauna marina, dependiendo de la época del año se pueden ver orcas, cachalotes, mucha variedad de delfines ¡e incluso pingüinos! Pero no estábamos ahí por ninguno de ellos, fuimos para ver la colonia de focas que vive en el cabo de Kaikoura, ¡que es gratis!
Sinceramente nos hubiéramos muerto por ver ballenas y delfines, pero sabíamos que los precios no acompañaban. Ahora bien, si te lo puedes permitir, yo te recomiendo que lo hagas desde una avioneta, si te gustan estas cosas puede ser la experiencia de tu vida.
Os dejo el link de una compañía que ofrece este servicio tan espectacular:
https://www.airkaikoura.co.nz/
En cuanto llegamos a Kaikoura fuimos directos a ver las focas, se estaba poniendo el sol y no había tiempo que perder. Había muchísimas, quizás más de 100, los bebés estaban todos agrupados en una especie de piscina natural jugando y gritando y la verdad es que flipamos bastante viéndolos en su hábitat natural.
Esta es la ubicación de la colonia: Peninsula Walkway, Kaikoura 7300, Nueva Zelanda
Después fuimos al hostal (Dusky Lodge Backpackers) y disfrutamos de nuestra última noche en Nueva Zelanda, súper contentos de la experiencia que habíamos vivido y ‘’tristes’’ de volver a casa.. pero, siendo honestos, nos volvíamos a seguir viviendo la vida a Australia, así que tampoco nos podíamos quejar!
Día 8: Volvemos a casa, Australia.
La ginda del pastel, volver de Nueza Zelanda sin tener 30 horas de vuelo. En tan solo 3h ya estábamos en casa, y sin jetlag!
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Gonzalo Pasquier es un joven aventurero y fotógrafo español. Vive por y para viajar, y sus fotografías están inspiradas en su pasión por la naturaleza. En Blue Banana tenemos la gran suerte de contar con él dentro del equipo, y su misión no es otra que la de hacer realidad la nueva aventura y conseguir plasmarlo en nuestra marca a través de un contenido con un punto de vista propio, que vaya al siguiente nivel. Esto no va del qué hacemos sino del cómo lo hacemos. Y Gonzalo Pasquier es el encargado de demostrarlo.